Книга "El Monstruo de Tres Brazos y Los Satanistas de Turin" автора Guido Pagliarino - это коллекция двух рассказов, основанных на персонажах комиссара Виторио Д'Айяццо и его помощника Раньери Велли. Они возвращаются в других произведениях автора: недавней предыстории "La Furia degli Insultati".
В данной книге основное внимание уделяется психологии и обстановке персонажей, с ностальгией по прошлому Turín начала 1980-х. Рассказы предназначены для читателей, которые любят литературные произведения, но не обязательно интересуют криминальной прозой.
Действие разворачивается в период до становления информатики, между концом 1950-х и началом 1970-х в городе, где жили преимущественно представители итальянского высшего общества, богатые и талантливые люди.
На тот момент здесь еще была экзотика: местами было меньше коммерческого транспорта, чем такси; ходили велосипеды разных марок. Но уже тогда наблюдалась тенденция к преобладанию легкового частного транспорта. А так же, новые для того времени транспортные средства: автомобили марки Fiat, Alfa Romeo и Lancia.
Книга не оставит равнодушным как тех, кто интересуется историей, так и любителей литературных произведений.
Книга "Монстр с тремя руками и сатанисты Турина" написана Гвидо Пальярино. В 1974 и 1985 году автор написал два рассказа под названиями El Mostro Delle Tre Braccia в состствии с Разговоры с дьяволами, объединив их в третьем издании в 1997 году. Проблема создания и распространения чёрной литературы в Италии была популярна незадолго до появления итальянских полицейских романов, и книги были основаны на образах Витторо Диазза, комиссара полиции, а позже заместителя начальника полицейского, и Ранери Велли, его помощника и друга, которые возникли в других работах Пальярино.
Электронная Книга «El Monstruo De Tres Brazos Y Los Satanistas De Turín» написана автором Guido Pagliarino в году.
Минимальный возраст читателя: 0
Язык: Испанский, Кастильский
ISBN: 9788893987950
Описание книги от Guido Pagliarino
El autor escribió estos dos cuentos, ahora juntos, con variantes en la tercera edición, en 1994 y 1995, poco antes de que apareciera la moda de las novelas negras y policiacas italianas, Son obras basadas en las figuras de Vittorio D’Aiazzo, comisario y luego subjefe de policía, y Ranieri Velli, su ayudante y amigo, personajes que, uno u ambos, vuelven en otras obras novelas y cuentos de Guido Pagliarino: hace muy poco tiempo que ha salido de las imprentas de la editorial Genesi la última novela sobre su personaje de D’Aiazzo, la precuela «La furia de los insultados». En todas estas obras se puede advertir una atención por las psicologías y los ambientes, todos en un pasado más o menos reciente. Estaban y están destinadas a los lectores de narrativa en general que, aunque no desdeñen obras que tratan sobre delitos, no tienen gustos picantes. Por tanto, no esperéis cuentos al estilo de Raymond Chandler o James Ellroy o, quedándonos en Europa, de Manuel Vázquez Montalbán. Escribí estos dos cuentos largos en 1994 y 1995, poco antes de que apareciera la moda de las novelas negras y policiacas italianas, obras basadas en las figuras de Vittorio D’Aiazzo, comisario y luego subjefe de policía, y Ranieri Velli, su ayudante y amigo, personajes que, uno u ambos, vuelven en otras obras mías: hace muy poco tiempo que ha salido de las imprentas de la editorial Genesi la última novela sobre el personaje de D’Aiazzo, la precuela «La furia de los insultados». En estas obras siempre he prestado en primer lugar atención a las psicologías y los ambientes, todos en un pasado más o menos reciente y con algo de nostalgia por esa Turín de mi adolescencia y juventud que ya no existe. Estaban y están destinadas a los lectores de narrativa en general que, aunque no desdeñen obras que tratan sobre delitos, no tienen gustos picantes. En este libro la acción se desarrolla en un periodo todavía pre-informático, entre finales de la década de 1950 e inicios de la de 1960, en una Turín donde, en el área de Porta Palazzo y alrededores, donde transcurre la primera obra, no vivían todavía, como hoy, prácticamente solo extracomunitarios, sino ancianos piamonteses jubilados, originarios de la zona, y familias jóvenes de inmigrantes del sur; una ciudad donde arterias principales, como el Corso Vittorio Emanuele II y el Corso Regina Margherita casi veían más medios públicos de transporte que privados. Por estos últimos y por los contraviales circulaban muchas bicicletas, algunas a motor, mientras que ya se veían los primeros 600 y 500, normalmente comprados a plazos, con kilos de letras, por algún empleado que prosperaba en su carrera o que trabajaba en la reina FIAT, señora hasta hoy de Turín y alrededores. También retumbaban aquí y allá los automóviles de mayor precio, adquiridos por exponentes de la burguesía alta y media, como el FIAT 1400 y el Alfa Romeo 1900 (este usado también por la policía: la llamada pantera) o como el fantasmagórico y apropiado para los hijos jóvenes de los ricos Lancia Aurelia Sport 1200, el de la película «La escapada», que competía directamente con el Alfa Giulietta Spider 1300. Con los automóviles y las bicicletas circulaban las Vespa y Lambretta, junto a algunas motocicletas de pequeña cilindrada. Aquella era una época en la que no existían todavía el ordenador personal ni el móvil, todas las familias tenían radio, pero poquísimas televisor, en blanco y negro y solo con el canal de la RAI: pero no había publicidad, salvo el simpático y hoy en día casi mítico «Carosello». Una Turín, en suma, en la que un investigador podía trabajar casi como sus colegas de los clásicos de la novela europea negra y policiaca de los años 1920 a 1950.